Pirigatos Andorranos: Hacia el Este

Mirando el mapa de carreteras de Andorra, salta a la vista que desde Escaldes hay dos carreteras principales, una que va hacia el Este y termina en Pas de la Casa, desde donde se pasa a Francia, y otra que va hacia el Oeste y sube por Ordino hasta Arcalís, o sale por ese extremo por Pal de vuelta hacia Catalunya y el Pallars.

Íbamos a dedicar este primer día a recorrer la carretera hasta el Pas de la Casa ya que sigue algunos de los pueblos más visitados del país, tanto por españoles, como por franceses como resultó ser el caso del Pas de la Casa, para visitar así mismo algunos de los puntos más emblemáticos e históricos, como es el caso del Santuario de Meritxell.


Lago de Engolasters

La primera parada del día iba a ser para realizar una pequeña excursión a pie hasta el Lago de Engolasters, en la localidad, o parroquía como allí llaman a los pueblos, de Encamp, que es la primera población que se encuentra partiendo desde Escaldes por la carretera que lleva hacia el oeste.

La excursión empieza dejando el coche en un desvío de la Carretera de las Pardinas en donde empieza el camino que lleva por una cornisa hasta el Lago de Engolasters, a una altura de 1.660 metros. El camino es uno de los más sencillos que pueden hacerse para una excursión de senderismo, es totalmente plano y no tiene ninguna dificultad técnica.

Vista de camino al lago

Durante la excursión se pueden ver algunos ejemplos de la flora típica de los pirineos, así como contemplar las vistas que se ven de Encamp desde la cornisa por la que transcurre el camino. Tras algún que otro pequeño salto de agua al borde del sendero, se llega aproximadamente en una hora al lago, cerca del cual hay un par de cafeterías en donde se puede comer o desayunar.

El lago en si mismo no es que sea especialmente impresionante. Hay excursionistas que dan la vuela completa al lago, pero su pequeña superficie hace que desde el punto al que se llega se pueda ver toda su extensión. Además al lado opuesto del que están las cafeterías, hay una presa que embalsa el lago, y por eso sus aguas se ven así como un poco estancadas.

Lago de Engolasters

En poco más de dos horas entre ida y vuelta con contemplación del lago incluída, pudimos estar de vuelta en el coche para dirigirnos al próxima punto de interés que visitaríamos ese día, que no sería otro más que el Santuario de la Mare de Déu de Meritxell, siguiendo hacia el norte la misma carretera  tomada que lleva hasta Francia.


Santuario de Meritxell

Es en la localidad de Meritxell cerca de Encamp donde se encuentra el más famoso santuario del pequeño país de los Pirineos, cuyos orígenes datan de varios siglos atrás por lo que originariamente era de estilo románico, si bien tras el incendio de 1972 fue totalmente destruído y reconstruído en un estilo que se mimetiza con el paisaje por el arquitecto Ricardo Bofill.

La talla románica original, encontrada por un pastor según la leyenda en el lugar en donde se erige el santuario, fue destruída en el mismo incendio, por lo que la que se venera hoy en día es una reproducción de aquella... e aquí su aspecto totalmente nuevo e inmaculado, nunca mejor dicho.

Arcos del Santuario de Meritxell

Aunque antes nos dirigiríamos hacia el Roc del Quer, ya de vuelta hacia Escaldes junto al santuario de Meritxell haríamos nuestra parada para comer en un restaurante situado prácticamente junto a la basílica, que resultó ser bien bueno, y en donde pudimos degustar la cerveza artesana que se produce en Andorra.


Roc del Quer

E aquí una de las nuevas y últimas atracciones turísticas andorranas. El lugar de interés consiste en un balcón con vistas al valle a una buena altitud desde la que se pueden contemplar espléndidas vistas del valle con la carretera serpenteando entre los pueblos de Canillo y Encamp.

Mirador de la Roca del Quer

El caminito que lleva al balcón desde donde se deja el coche permite disfrutar de las vistas en bancos orientados al paisaje, antes de asomarse a la figura colgante del mirador expuesta al viento, por lo que proporciona unas agradables vistas por las que es más difícil volver debido a la inclinación de su cuesta, que para llegar al mirador.


Pas de la Casa

Ya a bastante más distancia, en el límite oriental del país con Francia y atravesando otras localidades como Soldeu que pueden ser de interés para por lo menos dar una vuelta (si bien en el tiempo estival son más bien poblaciones fantasma) se llega al Pas de la Casa, que o mucho ha cambiado desde que era niño, o muy mal lo recordaba.

Figura del mirador de la Roca del Quer

Lo que creía que iba a encontrar como un pequeño pueblo en lo alto del Pirineo justo antes de cruzar a Francia, se ha convertido, o siempre había sido, un gran conglomerado de centros comerciales plagado de franceses que cruzan la frontera para comprar más barato. Y cuando digo plagado, significa literalmente que fue imposible encontrar un aparcamiento dentro de lo que es el pueblo en sí.

Sin ningún afán comercial específico y poco interés en general por lo que vimos, decidimos darnos la vuelta para volver a comer a Meritxell como antes he comentado... que gran decepción la carencia del magnífico paisaje que hubiéramos querido encontrar a los pies del Pas de la Casa. Lo que más mereció es el paso del Port d'Envalira con una altitud de 2.408 metros de camino al Pas de la Casa.


Cascada de las Molas

Con el estómago lleno y de vuelta hacia Escaldes, nos fijamos que junto a la carretera había una catarata de aguas junto a la que se podía aparcar para visitar el pequeño parque con mesas de picnic al pie del cual se puede ver la caída de agua.

Agua al pie de la carretera

Una parada de no más de cinco minutos pero en la que sorprende ver esa caída de aguas tan cerca de la carretera. Seguimos nuestra vuelta hacia Escaldes en donde podemos encontrar el lugar al que dedicaremos nuestra última visita del día, la iglesia románica de Sant Joan de Caselles.


Iglesia de Sant Joan de Caselles

Siendo esta una de las muchas iglesias románicas que pueblan los valles andorranos, sorprendre su buen estado de conservación y su fácil acceso al pie de la carretera. Algunas más curiosas que otras, como las fortificadas o de torre de planta circular, la de Sant Joan sin embargo sigue el arquetipo de construcción románica, con nave rectangular con cubierta de madera, ábside semicircular y torre con arcos de bóveda de cañón.

Iglesia románica de St. Joan de Casellas

Es posible visitar el minúsculo interior en el que sin embargo se aprecia el frescor proporcionado por su construcción en gruesas piedras, y por supuesto sigue siendo lugar de culto y celebración como el de la boda que pudimos presenciar en una de las veces que pasamos por la carretera que discurre junto a la antigua iglesia.


Noche en Escaldes

Como eran unas cortas vacaciones de relax, ese día dió durante la tarde hasta para siesta, por lo que pasamos un par de horas en el hotel para volver a salir algo más tarde de nuevo a hacer algunas compras o visitar curiosas tiendas, como la gran tienda especializada en maquetismo ferroviario que teníamos a una calle de distancia del hotel. Gatta quería comprarse una colonia y Gatto quería más alcohol (ya por demanda de otros amigos gatunos incluso) por lo que pudieron cumplir sus deseos entregándose al consumismo más desenfrenado y confirmando aquello de "más barato que en Andorra".

En la que iba a ser nuestra segunda aunque última noche, elegimos para cenar el restaurante Don Denís, en el que debido a su escaparate de fotos con personajes famosos pensamos que podríamos disfrutar de una buena cena. Pedimos unas tapas (calamares y croquetas que no falten) y pese a su correctitud no fue particularmente barato. Lo intuía y lo sigo pensando... en Andorra no se come especialmente bien, por lo menos en Escaldes.

Hoy ya cansados y sin copa de consolación, nos volvemos a nuestro hotel a descansar para levantarnos pronto y aprovechar el día siguiente, que sería ya el de la vuelta, pero en el que aún aprovecharíamos buena parte de la mañana y tarde.

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