American Cat: Georgetown y despedida

Llegamos al final de esta colección de entradas sobre el viaje que realicé en mayo por la Costa Este de Estados Unidos, del que sigo diciendo, y más recordando de esta forma lo que hice y vi por allí, que posiblemente haya sido el mejor viaje de mi vida. Como todo lo que tiene un comienzo, también tiene un final, y esta será la última entrada de esta colección en la que hablaré de Georgetown, la localidad unida a Washington a orillas del río Potomac, agradable para dar un paseo al atardecer y tomar una cena a base de marisco fresco de la bahía.

Después de tres días en la capital federal, dejaríamos Washington el 1 de Junio a primera hora de la mañana en el tren de alta velocidad Acela, que en poco más de seis horas nos llevaría de nuevo a Boston, nuestro punto de partida de este viaje por el que volveríamos en avión de la aerolínea LEVEL a nuestro origen, Barcelona. Durante la vuelta en tren volveríamos a tener unas fantásticas vistas de Nueva York y su skyline, atravesando lugares de los que solo había oído hablar como Providence, ciudad natal de Howard Phillip Lovecraft.

Georgetown Waterfront

Mi única decepción en Georgetown es que fui incapaz de encontrar las míticas escaleras de la película del Exorcista. La película de William Friedkin fue grabada en Washington, y las empinadas escaleras que aparecen en varias escenas y por las que acaba tirándose el Padre Karras se encuentran en Georgetown. Unas escaleras sin más al fin y al cabo, pero que por su repercusión cinematográfica me hubiera encantado ver en persona.


Georgetown al atardecer

Como comentaba ya en algunas entradas, Georgetown era una municipalidad independiente de Washington perteneciente al estado de Maryland, pero que acabó siendo asimilada en 1871 al Distrito de Columbia, pasando a formar parte de la capital federal y constituyendo hoy en día el barrio universitario de la misma. Sus principales ejes comerciales, llenos de locales y restaurantes, son la calle M y Avenida Wisconsin.

La verdad es que Gatto se dedicó más a pasear por el llamado Georgetown Waterfront, la orilla del río Potomac desde la que se puede ver el lado de Virginia y Arlington al otro lado del río. En toda la zona de la orilla hay un pequeño parque que puede recorrerse, pero desde su final es un tanto confuso pasar al otro lado para ir a la calle M, ya que hay en medio un canal que impide el paso y se debe cruzar mejor a través de la Avenida de Wisconsin... eso es ya lo que me dió palo por las horas y el cansancio y no hice.

Paseo por el río

En lugar de ir hacia la calle M y buscar la calle de las escaleras del Exorcista, volvimos sobre nuestros pasos cerca de la orilla para ir a parar al centro comercial de Washington Harbour, en donde hay varios restaurantes animados en los que se puede tomar una cena a base de marisco fresco. La verdad en nuestro primer viaje ya habíamos estado cenando por esta zona, y decidí repetir en el restaurante en donde habíamos cenado ya hacía diez años: el Tony and Joe's Seafood Place.

La cabeza de Kennedy

Además desde este lugar se puede ver junto a la orilla del lado de Washington, el centro de Artes Escénicas de John F. Kennedy, un moderno edificio iluminado que aparte de servir de memorial del difunto presidente con un busto gigante de su cabeza y un hall lleno de banderas de muchos países diferentes, alberga diferentes salas para espectáculos de teatro, ópera, etc... y convenciones.

Centro de artes escénicas John F. Kennedy

Estando a distancia de a pie de nuestro hotel, una vez tomada nuestra cena nos volvimos a descansar ya que estos dos días en Washington habían sido ciertamente muy intensos para ver tantas cosas en tan poco tiempo. Al día siguiente deberíamos levantarnos pronto para ir a Union Station, en donde cogeríamos ese tren de alta velocidad para volver a Boston, nuestro lugar de origen, y pasar una última noche antes de tomar nuestro vuelo de vuelta al día siguiente.


Despedida

Y hasta aquí ha dado la colección de posts más larga... y creo que mejor, que este blog de Gatto ha dado hasta la fecha. Si de verdad habéis sido capaces de leer todas las entradas... ¡os felicito por vuestra paciencia fieles lectores gatunos! Espero que, como alguna vez alguno de vosotros me ha pedido y me ha comunicado, esta colección de recuerdos y este blog en general os sirva de ayuda en la preparación de vuestros viajes y os dé ideas para planificar vuestras propias aventuras. ¡Y si es así ilusión me hará leerlo en vuestros comentarios!

Por mi parte, después de casi 15 días de maravillosa experiencia en los Estados Unidos de América, me encontré la cruda realidad a la vuelta, pero tengo una gran aventura en preparación para Noviembre que dará para tanto o más que la que os acabo de contar durante todos estos días... ya veréis. Incluso antes de eso Gatto os hablará de otro corto viaje realizado en Setiembre. ¡Hasta el próximo Gatto diario!

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