American Cat: El puente de Brooklyn y el Parque DUMBO

Otro clásico ineludible de toda visita a la Gran Manzana tiene que ser el de cruzar el Puente de Brooklyn desde Manhattan por lo menos hasta la otra orilla. Una vez en Brooklyn se podrá observar como el panorama de rascacielos de Manhattan cambia drásticamente, siendo allí más alto el propio puente en la orilla de Brooklyn que los edificios de alrededor.

En Brooklyn además, desde el parque DUMBO a orillas del East River, se puede contemplar el skyline de Manhattan a cierta distancia, en todo su esplendoroso relieve. Es de hecho una actividad recomendable acabar la tarde sentado en uno de los bancos del parque frente a la mole de edificios, observando el cambio de colores sobre sus vidriadas superficies conforme cae la tarde.

Estructura del puente de Brooklyn

En nuestro caso, realizamos esta actividad ya a partir de determinada hora de la tarde del segundo día que pasamos en Nueva York, precisamente para llegado el atardecer contemplar el cambio cromático. Ciertamente fue muy diferente del primer cruce en nuestro primer viaje hace ya diez años, donde aún en mayo de aquel entonces, hacía un frío negro y la niebla cubría los edificios. Esta vez fue totalmente a la inversa, un calor atroz sobre un sol de mayo abrasador atacándonos durante todo el cruce del puente.


El puente de Brooklyn

Paralelo al puente de Manhattan sobre el East River, el puente de Brooklyn une la isla de Manhattan con el distrito de Brooklyn, en la orilla este del río. En su época consiguió el hito de ser el puente colgante más largo del mundo con una longitud total de 1.825 metros, siendo construido entres los años 1870 y 1883 y convirtiéndose automáticamente en uno de los símbolos de Nueva York.

Skyline del Lower Manhattan

Por su construcción en acero como material usado para la construcción a gran escala, novedosa en su tiempo, constituyó además un hito de la ingeniería del siglo XIX, cuya robustez y durabilidad a permitido que el puente continúe en activo en la actualidad, siendo una de las principales arterías de entrada y salida de Manhattan junto a los otros túneles y puentes sobre el Hudson y el East River.

El diseño de característicos arcos apuntados de sus soportes se enmarca dentro del estilo neogótico, siendo los materiales empleados para la construcción del puente la piedra caliza, granito y cemento. Está tan bien construido, que sus cálculos de diseñado fueron hechos para que proporcionase seis veces más resistencia de la estrictamente necesaria, lo que explica que aún pueda permanecer en uso cuando muchos de los puentes parecidos construidos en la misma época no han aguantado el uso hasta nuestros días. Entre otros hitos más de diseños que constituyó, destaca también que las dos torres de soporte a cada lado, durante mucho tiempo fueron las estructuras más altas de todo el hemisferio occidental.

Pasarela del puente

Por el puente transitan vehículos en ambas direcciones por sus seis carriles, y en su centro dispone de una pasarela para transeúntes y ciclistas que es por la que los peatones pueden cruzar hasta la otra orilla. La pasarela está en dividida a partes iguales para ciclistas y pedestres, la invasión de la cual por estos últimos provoca las iras e improperios (con razón) de los ciclistas.

Si bien por el lado de Manhattan también se sube por una rampa para acceder a la plataforma peatonal del puente, el lado de la orilla de Brookyln en donde termina el puente parece muy muy alto, y de hecho entra un buen trecho dentro de Brooklyn más allá de la orilla del río, viéndose esta abajo a lo lejos entrado ya en Brooklyn.

Mientras se cruza el puente, además de su propia estructura de cables de acero y pilares de soporte de piedra, puede contemplarse sobre el río a un lado el skyline del sur de Manhattan, en donde destacan los edificios de la Universidad PACE de Nueva York y el del ayuntamiento a su espalda. con la torre One World aún a la vista al sur en el downtown de Manhattan.

Cables de acero

Más o menos tras media hora según con la calma que se cruce el puente y las pausas que se tomen para hacer fotos o incluso tomar un refresco proporcionado por los vendedores ambulantes que suelen poblar el puente y que nunca mejor dicho hacen su agosto, se llega a la parte alta de Brooklyn, que deberá bajarse hasta la orilla del río para llegar al parque DUMBO.


Parque DUMBO

Qué nombre... lo sé. ¿Qué fue antes? ¿El parque o el elefante? Interesante cuestión... si se intenta hacer una pregunta totalmente estúpida a Google en plan "¿por qué DUMBO se llama DUMBO?" uno se da cuenta de la lógica aplastante de la respuesta de la cual no había sido consciente hasta ahora... ¡no es más que un apodo con el que lo están llamando estúpido! Pero increíblemente no parece haber relación aparente entre el nombre de esta parte de Brooklyn y la película del orejudo.

Puente sobre el East River

Nada más lejos de la realidad, DUMBO no es ni más ni menos que las siglas de Down Under the Manhattan Bridge Overpass (¡toma ya!) que me recuerda a otras contracciones cachondas de Nueva York como el SOHO (sur de la calle Houston), NOHO (adivinad al norte de donde...), TRIBECA (Triangle Below Canal Street) o la mejor de todas, la ficticia DOWISETREPLA (DOwnWInd of the SEwage TREatment PLAnt ) de "Como conocí a vuestra madre" (HIMYM para acabar la chupiguai sopa de letras).

El caso es que DUMBO era una zona industrial degradada de la orilla de Brooklyn frente a Manhattan para nada recomendable, pero que con la desindustrialización del entorno metropolitano se rehabilitó, se eliminaron las pestilentes fábricas y almacenes, y se convirtieron las orillas del East River en parques desde donde se pueden disfrutar de unas fantásticas vistas del skyline de Manhattan sobre el East River, y los puentes de Brooklyn y Manhattan.

Puente visto desde el parque

Para llegar hasta el parque debe bajarse toda la cuesta en la que acaba el puente de Brooklyn y dejar atrás el Grimaldi's Pizza (por cierto garito de pizza a porciones famoso de Brooklyn), para adentrarse en la explanada junto a la terminal de ferris que aún cruzan el río. El parque en si mismo no tiene demasiado a destacar, pero lo bueno son las vistas del puente de Brooklyn y el skyline de la ciudad.

Para acabar el día, nada mejor que sentarse al atardecer en uno de los bancos del parque frente a los grandes edificios y esperar a la caída de luz para apreciar el cambio de colores de los edificios acristalados con los declinantes rayos del sol.

Lower Manhattan desde el parque

Aún tras haberos relajado descansando un buen rato en los bancos del parque, como seguro estaréis agotados, la mejor forma de volver hacia Manhattan y evitar la caminata de vuelta, será utilizar alguna de las paradas de metro alrededor del final del puente de Brooklyn a ese lado del río. Las estaciones de Clark Street (línea roja), Brooklyn Bridge (azul) o York Street (naranja) te llevarán de vuelta al centro de la forma más rápida posible.

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