Victor Charlie - Nam 2014: Hoi An y el Thu Bon

Llegamos a Hoi An, la que resultó ser quizás una de las pequeñas ciudades más bonitas que visitamos y de las que mejor recuerdo guardo, por su tranquilidad (se prohíbe la circulación de coches por su casco antiguo, conservado además durante la guerra por ser la vecina Hue la que acaparase los ataques), belleza, hospitalidad de sus gentes y la encantadora tradición de encender pequeños faroles con velas en la noche y dejarlos a flotar sobre el río Thu Bon.

Hoi An es una pequeña ciudad pesquera en la costa del mar de la China en el centro de Vietnam y puede decirse que es la ciudad de las influencias de los diferentes ocupantes que por allí pasaron: chinos, japoneses y colonialistas franceses. En concreto algunos de los atractivos de interés, son el puente japonés, sus edificios de estilo colonial francés como la propia villa en donde nos alojábamos y el entorno del río, con sus puentes, mercado, etc... de estilo oriental. Es por ello que su centro histórico fue declarado patrimonio de la humanidad, siendo realmente Hoi An quizás la ciudad más bella de Vietnam.


El puente japonés de Hoi An

Paseando por las calles de Hoi An admirando su artesanía, en donde son posibles cosas tales como que te tomen medidas para hacerte un traje de un día para otro literalmente, el atractivo más impresionante con el que se topa es sin duda el punte cubierto de estilo japonés que data de finales del siglo XVI y fue construido por comerciantes de aquel país para unir el barrio japonés con el barrio chino de aquel entonces.

El Puente Japonés de día...

El puente se asienta sobre un canal o pequeño afluente del río principal y está construido en piedra y madera con tejado de teja gris y decoraciones de dragones talladas en madera. En este y otros lugares de Hoi An, como los templos, no es difícil encontrar parejas de novios vietnamitas preparando sus reportajes fotográficos de boda, luciendo las vestimentas tradicionales.

...y el Puente Japonés de noche

En el interior se puede ver a los guardianes del puente, las figuras del mono y perro a cada extremo que custodían el puente, así como un altar vietnamita y la decoración de farolillos que cuelgan del techo interior de madera.

Artesanía de Hoi An

Como comentaba, en todas las calles circundantes del centro, hay pequeñas tiendas dentro de casas, no mercadillos callejeros como suele ser más típico o como se pueden encontrar alrededor del mercado y el río. En estas tiendas se pueden comprar vestidos de seda, trajes, pinturas y cuadros entre otros artículos, aunque lo más característico de la ciudad de Hoi An son sus farolillos de colores, que de hecho decoraban puentes, restaurantes y calles del centro y del río cuando visitamos Hoi An, probablemente debido a las fechas de año nuevo.


Casa de asambleas cantonesa

Paseando por las calles del centro histórico, uno de los edificios más llamativos por su puerta y fachada de estilo chino es la casa de asambleas cantonesa, dedicada al guerrero Quan Dong y a la diosa del mar, y construido durante el siglo XVIII.

La casa de asambleas cantonesa

En su interior de madera se puede disfrutar del perfume del incienso, y destaca también en su exterior la espectacular fuente del dragón.

Una de las esculturas del dragón

La fuente del dragón

Siguiendo por la misma zona, llegamos a la capilla de la familia Tran y la antigua casa de Tan Ky.


Antigua casa de Tan Ky

La antigua casa de Tan Ky es una casa tradicional que perteneció a un importante comerciante vietnamita y lleva siete generaciones en manos de la misma familia. En ella se puede ver la construcción de una casa tradicional vietnamita visitando sus diferentes estancias en donde pueden verse objetos diversos de la vida cotidiana.

Farol en la casa de Tan Ky

La casa está construida en madera y estructurada en dos pisos. Aunque pertenece a la familia evidentemente no está habitada, si no que es un museo en el que puede verse como eran estas casas tradicionales.


Templo de Quan Cong

Otro de los pequeños templos de los alrededores, de fachada amarilla, es el de Quan Cong, menos vistoso que otros pero cuyo interior también merece una visita. El perfume del incienso envuelve al visitante como ya hemos visto en los otros templos que hemos visitado.

Conos de incienso

Los conos de incienso, junto a las ofrendas de frutas, pueden  normalmente comprarse a las puertas de los templos y en ellos se escriben deseos o plegarias, se enciende el cono y se deja consumir lentamente.

Casa comunal china de Trung Hoa

Otra de las varias casas comunales que se pueden visitar es la de Trung Hoa, en el mismo casco antiguo.

La casa comunal de Trung Hoa

Estas son como pequeños templos o pequeñas pagodas en patios a los que se puede acceder libremente, siendo además esta más tranquila y reducida que la casa de asambleas cantonesa, aunque no tan bien mantenida.

Otra de las casas comunales chinas

Aparte de las calles del centro la zona del río con los pescadores y el mercado es otra de las zonas de interés tanto por el día para contemplar el paisaje como por la noche por la ceremonia de los farolillos.


El río Thu Bon

Tras un almuerzo a base de especialidades vietnamitas disfrutamos de una tarde libre para pasear por los alrededores del río contemplando las barcas de pescadores, así como el paisaje decorado con los típicos farolillos y la zona del mercado.

La zona del río es un agradable espacio abierto a ambos lados, rodeado de terrazas de restaurantes y cafés en los que sentarse a tomar un aperitivo y disfrutar de la soleada tarde. Alrededor los pescadores con sus barcas faenan con sus utensilios, y vendedores ambulantes van de acá para allá con sus frutas.

El puente sobre el río Thu Bon

Siguiendo el río hacia uno de los extremos a la izquierda se llega al mercado, a los lados del cual hay pequeños puestos en donde se puede comprar artesanía, como los collares de jade, amatista, ojo de tigre y otras piedras semipreciosas.


Farolillos en el río Thu Bon

Tras toda una tarde de paseo y un pequeño descanso en nuestra villa, volvimos para cenar ya anochecido a la orilla del río, y participar en la ceremonia de los farolillos en el río. De noche, los visitantes en Hoi An encienden farolillos que son lanzados al río de forma que iluminan éste dándole al río un ambiente muy romántico.

El río de noche

Todos los restaurantes y cafés a orilla del río están a esas horas iluminados, lo que contribuye al agradable ambiente. Hay música, gente en las terrazas tomando copas o disfrutando de una cena a la orilla del río y mucha animación.

Iluminación y mucha animación

Tras disfrutar del entorno por unas horas, nos volvemos a descansar a nuestra villa colonial, desde donde mañana partiremos a la ciudad vecina de Hoi An, Hue, la capital imperial.

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