La France 2013 - Jour 5: Overlord

El dia empieza temprano, tanto que, salimos aún de noche como aquel que dice, ¡cuando todavía no han puesto las calles! Nos esperan unas 3 horas de camino y algo más de 300 km a nuestro próximo destino en el que pasaremos la siguiente noche, que no es ni nada más ni nada menos que Normandia, región atlántica famosa por el desembarco del 6 de Junio de 1944 en la Segunda Guerra Mundial.

Tras el lanzamiento de paracaidistas en toda la zona la noche anterior y un bombardeo matinal perpetrado por la flota frente a la costa normanda, más de 150.000 soldados aliados se lanzaron a seis playas, con los nombres clave de Omaha, Utah, Juno, Gold y Sword. Como resultado se abrió el segundo frente en el oeste, principio del fin de la ocupación alemana de Francia.

Hoy en día, Normandia es una región de turismo rural pero también una atracción turística conmemorativa del desembarco. Esparcidos por la región, aparte de las propias playas, se encuentran cementerios militares alemanes y aliados, antiguas fortificaciones costeras, museos del desembarco, vehículos y armas de la época o incluso el puerto artificial de Arromanches, en donde pasamos esa noche. Así fue como pasamos este día visitando algunos de los lugares más representativos de la historia reciente de Normandia.


Cementerio alemán de La Cambe

Nuestra primera parada hacia las diez de la mañana después de haber recorrido la distancia que separa el Loira de Normandia, es el cementerio alemán de La Cambe. Sorprende leer las opiniones de otros visitrantes que se pueden encontrar en diversas páginas respecto a que es un lugar oscuro, solitario, frío, triste... y si, así es, y así debe ser. Ciértamente contrasta con la luminosidad, cuidado, arreglo y cariño con el que se mantiene el cementerio americano de Coleville-sur-mer del que luego hablaré, pero hay que entender que mientras uno es el sencillo cementerio de los que fueron las tropas de ocupación del país durante 5 años, el otro es donde están enterrados los que trajeron la liberación y fueron considerados héroes... los vencedores al fin y al cabo, pese a que pueda verse como en el cementerio alemán hay enterrados multitud de jóvenes, seguramente oblidos, que poco entendían de guerras.

De mi cuerpo descompuesto crecerán las flores, y yo estaré en ellas.
Eso es eternidad

Quizás una visita en otoño como fue el caso, resultase particularmente melancólica. La trémula luz de la fresca mañana, los colores otoñales y las hojas marchitas caídas entre las tumbas de negras cruces, la solemnidad y el ominoso silencio causan una impresión más profunda en el visitante... hay algo casi místico en ese lugar de descanso eterno.

Yo le enseñaré donde crecen las cruces de hierro

Como puede verse las cruces son sencillos conjuntos de piedra negra, que aunque pudiera parecer que marcan el lugar de una fosa común, se puede observar como al pie de cada una de las cruces aparece el nombre de cada soldado enterrado con sus datos personales. Alguna flor aquí y allá, algún objeto, alguna bandera... pero la mayoría olvidados.


La Pointe du Hoc

Inmersos ya en escenarios de grandes hazañas bélicas en plena Normandia, nuestro siguiente destino fue una visita a La Pointe du Hoc, una elevación de acantilados entre las playas de Utah y Omaha en donde se emplazaban varios puestos de observación y artillería alemanes dominando el terreno. Dado que el emplazamiento era una seria amenaza para la flota del desembarco, pues allí se encontraba una bateria de cañones de 155 mm capaces de hundir barcos, se preparó un asalto aliado en el que un cuerpo de los Rangers escalaron hasta la cima utilizando cuerdas bajo fuego alemán.

Por allí llegaron los Rangers

Como consecuencia, cabe destacar que siendo la Pointe du Hoc parte de las fortificaciones alemanes de la costa atlántica, su caída y en general el éxito del desembardo del Dia D, demostró la inutilidad de estas defensas y aseguró el triunfo de la invación aliada, que tan solo dos meses después liberaría París.

Emplazamiento de artillería

Aún hoy son visibles las huellas de la batalla, y pese a que muchas de las fortificaciones fueron retiradas, aún pueden verse algunas de sus ruinas además de los cráteres dejados por la flota aliada en el bombardeo previo al asalto de los Rangers. Puede entenderse como este era un importante puesto de observación... el escarpado saliente al mar en lo alto permite observar tanto a cada lado una como otra playa, así como una amplia extensión de mar hasta el horizonte.


Playa de Omaha y cementerio de Colleville-sur-mer

Vaya por delante que sea esta quizás la playa más famosa del desembarco, frente a la que se alzaban grandes fortificaciones defensivas entre otras trampas en la propia costa, como fue retratado en películas como "Salvar al soldado Ryan". Parece surrealista pensar que hoy en día en verano, las playas que antaño fueron teñidas de sangre hoy aparecen llenas de ociosos bañistas, pero es que en realidad pocas huellas quedan en las playas de lo que fué el desembarco, si acaso aquí y allá algún bloque de Mulberry (los puertos artificiales usados por los aliados para desembarcar en las playas vehículos y otros suministors) abandonado en la arena como un extraño ser varado. Solo se recuerda por los numerosos monolitos, monumentos mudos que atestiguan lo que allí sucedió.

Del canal de la Mancha vinieron cientos, miles, tantos como estrellas

En realidad, como playas atlánticas que son, impresiona más si cabe apreciar el efecto de las mareas y ver como anchas playas de arena son engullidas por el mar y viceversa. En uno de los muchos restaurantes sencillos que hay frente a las playas, en concreto frente a la de Omaha, tomamos nuestro almuerzo de ese día tras el que nos dispusimos a visitar otro de los lugares icónicos de la región de Normandia, allí, en lo alto, sobre la famosa playa, el cementerio americano de Colleville-sur-mer, cerca del museo memorial de Omaha Beach.

Campos de cruces blancas

Sin duda es un contraste tremendo el confrontar la impresión experimentada de la visita del cementerio alemán en la mañana en comparación con la animación (aunque suene irónico...) del memorial de Omaha, quizás más ya un museo al aire libre que un cementerio propiamente dicho. Y es que muertos son igual, y quizás en mayor número sobre la amplia extensión que domina la playa, pero la perfecta alineación de cruces blancas, el cuidado, la luminosidad... invitan más a pensar en un parque que en un cementerio.

Jardines de piedra

Merece la pena también para los interesados en la historia (qume de hecho como yo son los que más lo disfrutrarán) un vistazo al centro de visitantes y al cercano museo memorial de Omaha Beach. Y una vez realizada la visita por excelencia, volvemos a cambiar de bando para acercarnos a otro de los sitios en Normandia en los que el Eje tenía establecido un puesto de baterias costeras, seguramente no tan conocido como otros lugares, pero en mi opinión de los más impresionantes por su buen estado de conservación: las baterías costeras de Longues-sur-mer.


Baterias costeras de Longues-sur-Mer

En una elevación sobre la costa, con vistas al mar, en el pueblo que presta su nombra al emplazamiento, se alza un impresionante conjunto de cuatro baterias de cañones navales en sus búnkers originales construídos en 1943 junto a su casamata de mando y observación desde la que se señalizaba el tiro al pie del acantilado. En algunas de ellas todavía se conservan incluso los cañones Krupp de 150 mm y 20 km de alcance, y fueron con ellos y desde este emplazamiento desde donde se divisaron primero los barcos aliados frente a la costa francesa.

La batería de Longes-sur-Mer

Los cañones estaban servidos por una guarnición de unos 180 alemanes que abrió fuego contra el acorazado USS Arkansas y varios cruceros el día del desembarco, resultando destruídas dos de las casamatas en el intercambio de fuego y rindiéndose finalmente la guarnición superviviente al día siguiente al desembarco.

En definitiva un agradable paseo junto al mar en un día en que la lluvia también hizo acto de presencia y que volvería por la noche a hacernos correr tras la deliciosa cena a base de mariscos en nuestra base de hoy, Arromanches.


Arromanches

Arromanches es un pequeño pueblecito en la costa de la playa Gold, en pleno epicentro histórico del desembarco. Como peculiaridad adicional, fue designado para la construcción de uno de los Mulberries o puertos artificiales de bloques de hormigón que usó el ejército aliado para desembarcar su equipo, si bien con el paso del tiempo y las tormentas la mayoría de estos bloques se fueron desprendiendo y hundiendo o llegando hasta la costa, en donde puede encontrarse alguno varado.

Los Mulberry de Arromanches en la playa Gold

Arromanches es una base perfecta para visitar todos los lugares de los alrededores relacionados con el desembarco y cuenta con su propio museo (como la mayoría de localidades alrededor) sobre el desembarco y su historia.

Datos de interés
Distancia: Unos 300 km hasta La Cambe y distancias cortas alrededor.
Alojamiento: Ideal de Mountbatten  (***)
Lugares destacables: Museos, playas y otros monumentos del Dia-D.

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